¿Y a qué hora tienes tiempo?

Mayo, 2006

 

Esa es la pregunta: "Esa página de internet debe haberte llevado mucho tiempo ¿a qué hora trabajas? "

La pregunta es recurrente, así que ahora contesto. La página se inició hace un par de años, así que he tenido tiempo para irle pegando cositas. Los viajes, los amigos, etc. Para cuando nació Pedrito, ya había un sitio dedicado a él. La reorganización y actualizaciones empezaron cuando Pedrito tenía poco más de un mes de nacido. La cosa era así:  Es de noche y nos vamos a la cama aprovechando que Pedrito está dormido. A las dos de la mañana Pedrito despierta. Lo alimento y puedo ver que no tiene ánimos de dormir. Me mira con la mirada de mi padre. Lo abrazo y nos vamos al estudio. Platico con él, pero Pedrito León sigue serio. Prendo la computadora. Pedrito no se inmuta, mira a su alrededor. Contesto correos de hace mes y medio con la mano derecha mientras el brazo izquierdo se ocupa de cargar a Pedrito. Escribo algo nuevo en mi página. Subo fotos, les pongo encabezados. Pedrito sigue tranquilo. Hora y media después hay un grito corto que pide comida. Nos vamos a la cama. Dormimos una o dos horas.

Esas fueron las noches que me permitieron escribir muchos de los mensajes que mis amigos recibieron y una parte de ésta página. Todo se iba escribiendo en mi cabeza hasta que encontraba el tiempo para vaciarlo en la página. Pero no siempre hubo tiempo, había que trabajar. Así que este sitio quedó abandonado unos de meses. Ahora, por primera vez, Pedrito León está en México con su padre y yo aquí en Pasadena. Hay tanto tiempo. Lavo ropa, limpio el baño, trabajo hasta las 7 de la noche, escribo ese artículo de divulgación que me pidieron, veo mis programas favoritos sin interrupción, vacío mis pensamientos en esta página. Y entre todo eso, en cada nuevo quehacer se cuela su sonrisa, la sensación de cargarlo y apretarlo contra mi pecho. Tenemos una videoconferencia y puedo verlo. Teclea, baja el volumen, por diez minutos la computadora es su juguete favorito. Luego ya no y hay que despedirse, rápido, antes de que se desespere. Lo oigo protestar. Besos, adios, la imagen desaparece. Frente a mi está todo el tiempo que ahora tengo, sin él. No puedo dormir. Lo extraño. Pienso que para el sábado estará aquí y ya no habrá tiempo para nada, excepto para ser feliz.

Atrás Siguiente

Regresar a La Creación