• La ciencia siempre ha estado masculinizada.
Para la magistrada Celia Marín Sasaki es necesario incorporar más mujeres en la ciencia, ya que es un sector que históricamente ha estado comandado por hombres y las mujeres que han participado, han sido invisibilizadas.
En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia, la magistrada ofreció una charla en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.
En dicho evento subrayó “la ciencia es un tema que siempre ha estado masculinizado, necesitamos más mujeres en la ciencia, juristas ya tenemos muchas, nos faltan científicas”.
Asimismo, aplaudió que la doctora María del Pilar Carreón Castro, directora del ICN rompiera el techo de cristal del ICN al convertirse en la primera directora de este instituto.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó en 2008 conmemorar el 25 de noviembre el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres en honor a las 3 hermanas dominicanas Patria, Teresa y Minerva Mirabal, activistas que fueron asesinadas en 1960 en la República Dominicana por el dictador Rafael Trujillo.
Las jóvenes eran opositoras políticas del dictador y después de muchos años de violencia en contra de ellas y de encarcelamientos fueron asesinadas.
Ante esta situación, Naciones Unidas hizo visible la violencia mundial que hay en contra de las mujeres e implementó el día naranja, el cual forma parte de una gran campaña cuyo objetivo era generar conciencia para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas.
“El día naranja busca movilizar a la opinión pública y a los gobiernos para emprender acciones concretas con el fin de promover y fomentar una cultura de la no violencia”, enfatizó la magistrada.
La elección del color naranja responde a que este es un color que representa el futuro brillante y optimista, libre de violencia contra las mujeres y las niñas.
Para Marín Sasaki, el derecho de las niñas, adolescentes y mujeres a vivir una vida libre de violencia es un principio fundamental establecido por los sistemas universal y regional de derechos humanos, en los cuales se establecen deberes jurídicos para los Estados.
“Es a través de los instrumentos internacionales, como son las convenciones y las conferencias, entre otras, que se identifican como objetivos principales: terminar con la discriminación contra las mujeres y las niñas, generar condiciones para que vivan en igualdad, desarrollo y paz. También se instan a los gobiernos a revisar su legislación para actualizar, armonizar y garantizar su acceso a la educación, trabajo, salud, vivienda, planificación familiar y a la participación política”.
Lo anterior alude al deber de los Estados de actuar para prevenir, proteger, investigar, sancionar y reparar toda violación a los derechos humanos de las niñas, adolescentes y mujeres, lo cual implica que los países reconocen que el problema de la violencia de género es un problema de social.
“Una pandemia en la que las mujeres son asesinadas violentamente. En nuestro país estamos hablando de 11 mujeres asesinadas al día”, alertó la especialista.
De acuerdo con la ONU la violencia contra las mujeres es definida como todo acto de violencia basada en el género, ya sea daño o un sufrimiento físico, sexual, mental, así como las amenazas, privación arbitraria de la libertad y asesinato.
“La violación a los derechos de las mujeres puede ser de diferentes manifestaciones como la económica, psicológica, emocional, física, sexual o digital. Además de la trata de personas, la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil y el feminicidio”, lamentó la magistrada Celia Marín Sasaki.
“Por ello, uno de los esfuerzos más importantes de las ya referidas convenciones internacionales hace énfasis en la necesidad de recabar datos que permitan un abordaje interseccional, ya que es necesario atender la cuestión de cómo el género interactúa con otras variables como la identidad étnico racial, la discapacidad y la identidad de género para promover la inclusión de mujeres de poblaciones diversas”.
Marín Sasaki explicó que para diseñar políticas públicas efectivas y eficaces para erradicar la violencia es necesario identificar las principales formas en que se manifiestan.
En México y en general en América Latina, la violencia hacia las mujeres se da principalmente por parte de los cuerpos de seguridad en las movilizaciones sociales y en la vida cotidiana por parte del crimen organizado.
“En las movilizaciones sociales y políticas, las mujeres son víctimas de la respuesta estatal represiva en el que se hace uso excesivo de la fuerza, esto como parte de una herencia de dictaduras militares y políticas. En México hay casos de violencia policial contra las mujeres y adolescentes tales como violaciones, amenazas de violación, violencia psicológica, tocamientos y desnudamientos”.
¿Por qué no paramos a tiempo? ¿Por qué no logramos identificar los primeros signos de violencia, como tal?
“Un claro ejemplo de esa actuación violenta de los cuerpos de seguridad es el caso Atenco… De hecho, en 2018 la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable al Estado mexicano de diversas violaciones a los derechos humanos, entre ellos violación a la libertad, a la integridad personal, a la libertad”.
Hay que recordar que, en este caso, durante la detención de las manifestantes y mientras eran trasladadas al Centro de Readaptación Social de Santiaguito, fueron sometidas a diversas formas de violencia, incluida la violación sexual.
“La Corte Interamericana consideró que el uso indiscriminado de la fuerza por parte de los agentes del Estado es resultado de una ausencia de regulación adecuada, así como la falta de capacitación, la ineficiente supervisión y monitoreo del operativo y una concepción errada de que la violencia de algunos manifestantes justificaba el uso de la fuerza contra todas las demás”.
Respecto a la violencia que sufren las mujeres por parte del crimen organizado, la magistrada Celia Marín Sasaki señaló que actualmente las organizaciones delictivas destacan por su carácter transnacional. “Los nuevos cárteles han diversificado sus intereses, extendiéndose del narcotráfico hacia otras actividades ilícitas como incorporaciones forzadas de migrantes a las organizaciones criminales, trata y tráfico de personas, entre otras”.
Muchas mujeres y adolescentes son reclutadas de manera forzada por organizaciones criminales y son obligadas a participar en actividades ilícitas, siendo el eslabón más bajo y las que corren más riesgos, toda vez que la estructura del crimen organizado es meramente patriarcal, explicó.
“El crimen organizado refuerza la supremacía masculina. Las mujeres son reclutadas en distintos trabajos de la cadena delictiva, ya sea para la explotación laboral o sexual, además son usadas como mulas o correos humanos transportando las drogas en su equipaje o en sus cuerpos… El peor trabajo lo hacen las mujeres”.
Adicional a estos tipos de violencia, las mujeres también sufren de este mal en el trabajo, escuelas o en el hogar, por ello, la magistrada reiteró que es necesario seguir trabajando y rememorar el Día Naranja que se celebra el 25 de cada mes y con mayor empuje el 25 de noviembre, ya que dijo “lo que no se nombra o no se hace visible no existe”.
También puedes ver el video sobre este evento aquí:
Estos eventos son organizados por nuestra Comisión Interna por la igualdad de Género del ICN.